jueves, 23 de octubre de 2014

Hay muchos motivos para romper el silencio



Enfrentarse al tema de los Cinco Héroes Cubanos  a veces se hace más difícil porque como comunicadores pensamos que no tenemos todos los argumentos, preferimos dejar la palabra a los  especialistas o a aquellos  que lo han atendido durante años temerosos, tal vez, de equivocarnos y tratando de no hablar más de la cuenta para evitar pifiar hacemos silencio algunos de corazón, otros por comodidad.
Pero lo cierto es que si en algo erramos es en callar cuando el tema se mantiene más vigente que nunca y no pocas  voces se levantan en todos los escenarios posibles para guiarnos sobre qué otra cosa podemos hacer.

Este miércoles 22 de octubre fue uno de esos días, la Primera Convención de la Radio y la Televisión, que se celebra en La Habana, abrió sus puertas a Fernando, Mirta, Irmita y  Elizabeth para en compañía del equipo del Programa de Radio Rebelde La luz en lo Oscuro nos iluminaran el camino en esta lucha necesaria.
Muchas fueron las emociones que se adueñaron del auditorio, pero si algo no se puede negar es que la intervención de Irmita, la hija de René, movió la cimiente; esa joven cubana que se sienta ante la concurrencia con la cabeza erguida y una dura y dolorosa belleza en su rostro, marcada con una madurez acelerada de 16 años de lucha nos conmovió a todos.
Se dice muy fácil, 16 años soñando con el regreso de su padre, 16 años que la convirtieron en mujer y madre, 16 años que la llenaron de argumentos para mostrar con su verbo vibrante y seguro el orgullo por sus padres, por sus tíos.
En una intervención llena de amor y compromiso reubico el exacto lugar de esos héroes, nos convidó a trasmitir la nobleza de 5 hombres. En su reflexión aseveraba que a su padre no lo hace héroe ante sus ojos la medalla de Héroe de la República de Cuba, ni el útil cartel que ven todo si no el humanismo, el haber pasado por todo y salir más humanos.
“Mi padre es cada día más buena gente”, decía, y así nos acercaba a ese hombre que no solo estuvo lejos de su familia y su patria, sino que le tocó ver a sus hijas y a su esposa sufrir y crecerse para ser motivo de alegría a pesar de estar en la cárcel.
En su intervención recordaba que para ella René no dejó de ser padre en ningún momento, ni la distancia, ni los fríos muros de una celda, ni la oscuridad de un hueco lo apartaron de la responsabilidad de educar, y así nos comentaba varias de las cartas que durante esos años le llegaron, en una le decía “que si él está ahí por luchar por la vida y la vida de su hija se entristecía… entonces él habría perdido”. ¡Cuán duro encontrar felicidad entre tanta angustia!
Pero eso no fue suficiente, ese padre previsor al ver la ola de solidaridad que se les venía encima escribió en otra de sus epístolas: “Mi hija, yo sé que no tengo que decirte esto, pero recuerda que si yo me creo más que una de las personas que hondea un banderita en una tribuna por mí, yo no valgo ni el palo de esa bandera”.
Algo recordó la hija de Héroe con mucha fuerza durante esa mañana, su historia no era un drama, no era una telenovela, su historia es la Causa de Los Cinco que no necesita explicar su esencia, pues se halla en las mismas cimientes de la Revolución Cubana, de la que nacen Héroes desde la modestia, el desinterés, la sencillez, la nobleza y la sensibilidad, simplemente hombres que hicieron en su momento lo que tenían que hacer.
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Soy una madre cubana feliz