domingo, 6 de abril de 2008

Ecos del Congreso de la cultura cubana

Como afirmó Paz el congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artístas de Cuba (UNEAC), "es la oportunidad para que los creadores aporten una reflexión responsable y culta sobre el país" y también para que la intelectualidad asuma el papel relevante reservado a ella. La cita no fue para refundar a la UNEAC ni para deslindar un antes y un después, sino para dar continuidad y secuencia a la misión unitaria, aglutinadora y formadora de valores que tienen
El Congreso se inició con una debilidad de representatividad, que las féminas del arte y la literatura supieron sortear. Solo un 25 por ciento de las delegadas electas eran mujeres. A su favor tenían la amplitud verdaderamente nacional de los electos, su representatividad por territorios y manifestaciones, la propia fortaleza alcanzada en la preparación de los delegados, los temas y documentos a debatir, y sobre todo el talento de los creadores electos.
La UNEAC está en la obligación de realizar un ejercicio de talento crítico más profundo y activo, con el objetivo de perfeccionar lo que se ha logrado, y continuar en el desbrozar causes nuevos a lo mejor del arte y la cultura cubana y universal. Hay que reivindica la critica como función imprescindible que propugne la creación de un arte que se involucre y proponga, no sólo que embellezca. Este debate tanto en el Congreso como fuera de el, necesariamente tiene que ser plural y a la vez comprometido, sin ablandamientos ideológicos ni estéticos.
El Congreso permitió proseguir y avivar el diálogo cada vez más cercano de los creadores, con las autoridades del país. Eso lo ha ganado la UNEAC y el Congreso debe fortalecer esos lazos. Puede la Unión ayudar a encontrar las vías más pertinentes, vías culturales, socialistas y eminentemente democráticas, para la toma de decisiones que se dicen "en nombre del pueblo", pero en las que no participa de la manera más efectiva ese sujeto popular, del que los intelectuales son parte y "conciencia crítica".
Los creadores –como trabajadores de la cultura- deben tener un papel mas activo sobre los factores de poder. Y hay preguntas que ya están formuladas: ¿Cómo representan, cómo acogen, quién decide si se promueve una obra o no, cuáles son las facultades que tiene una institución, los derechos y deberes en relación con los creadores, cuáles son los derechos y deberes de estos con respecto a las instituciones, cómo pueden los artistas e intelectuales tener una participación más activa en la toma de decisiones, cómo pedir cuentas por el trabajo de los funcionarios, cómo reclamar una atención que tiene que ver con quejas, opiniones, sugerencias, ¿quién atiende las reclamaciones? ¿cuándo? (Ver Isachi Fernández Fernández: Entrevista a Eliades Acosta ).
Las políticas editoriales no puede ser solo la facultad de sus directivos. Los consejos y comisiones asesoras deben ser propuestos por las asociaciones de artistas y escritores, y seleccionados por mecanismos democráticos, como un primer paso para ser efectivamente incorporados sus representantes, a los consejos de dirección de las instituciones culturales. Ahora la UNEAC en el Congreso está en oportunidad de precisar esta necesidad de perfeccionar la toma de decisiones, pero definitivamente después, cuando el Congreso sea "historia", hay que saber construir esa voluntad de exigencia, cooperación y acompañamiento propositivo. Y en ello, desde y para la promoción de las obras de arte y pensamiento, sin dudas la organización podrá dar una contribución al sistema del socialismo cubano en su conjunto, al perfeccionamiento de la participación de los cubanos y cubanas, en la toma efectiva de las decisiones, tanto las operacionales, como las estratégicas.
El Congreso, de hecho, reconoció y estimuló el papel crítico del arte y el pensamiento revolucionarios, sus aportes en la lucha por el perfeccionamiento de la sociedad y el logro de una vida plena y auténtica para los cubanos. La cultura, el arte, la literatura, la historia y el pensamiento filosófico y culturológico deben dar un trascendente aporte al pensamiento estratégico de la Revolución Cubana.
Fué este el primer Congreso de la UNEAC que no contó con la presencia física del líder de la Revolución, pero su pensamiento y experiencia sin dudas acompañaron los debates: "Lo primero que hay que salvar es la cultura", proclamó Fidel Castro en noviembre de 1993, precisamente en el V Congreso de la UNEAC, y esta idea matriz ha sido tomada como eje.

sábado, 5 de abril de 2008

Vicepresidente de Cuba se distancia del pesimismo

Entre los recuerdos que dejó para muchos el recien concluido Congreso de la Unión de Escritores y Artístas de Cuba (UNEAC) la intervención de Carlos Lage toma prominencia al aceptar durante la misma que se distancia del pesimismo de unos pocos —dos o tres, por suerte—; y se identifica con el optimismo de muchos, la inmensa mayoría.
En su intervención Lage hablo sobre la impaciencia de todos y aseguró que le alienta la fe de muchos, la inmensa mayoría, o todos. Aseguró no estar de acuerdo con los que planteaban que que bajos precios y altos ingresos son fruto de decisiones burocráticas y no de lo posible. "Nada puede entenderse ni nada puede criticarse con la crudeza necesaria si olvidamos nuestro pasado reciente, si olvidamos de dónde venimos", dijo, "Venimos de la ausencia dramática de alimentos y medicamentos, de calles desoladas, de noches oscuras, de doble moneda, que es como doble bandera, con la atenuante de que ambas son nuestras. Venimos, y en alguna medida aún estamos, en un período histórico de casi dos décadas en que nos propusimos sostener un ideal de justicia que ya no era posible defender. Y lo logramos, para asombro de todos y de nosotros mismos. ¿Por qué? Porque creemos en lo que defendemos. Porque no tememos. Porque hemos tenido a Fidel."
Aseguró, además, estar convencido de que la Revolución tiene más fuerza que nunca para encontrar respuestas a las preguntas y solución a los problemas; incluso, a las preguntas y los problemas que brotan de las fecundas y lúcidas mentes de los delegados al Congreso de la UNEAC.

"Me siento", dijo, "más orgulloso que nunca de los escritores y artistas de Cuba."

Ya está a la venta en las librerías de Cuba libro sobre conflicto colombiano

Desde el tres de abril está a la venta en las librerias de Cuba el libro Transparencia de Emmanuel, de Germán Sánchez Otero, prologado por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
El texto, escrito por el embajador de Cuba en Venezuela, a sugerencia de Fidel, relata los avatares de la operación humanitaria en la que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia liberaron a dos mujeres retenidas por más de cinco años. El volumen es, además, un homenaje al máximo líder cubano que Fidel ha seguido con profundo amor y atención los destinos del pueblo colombiano con la esperanza permanente de una solución adecuada a sus conflictos.
El autor del texto precisó que la razón primordial de esta crónica es exponer y exaltar una acción humanitaria, sumamente compleja y simbólica dentro de una circunstancia, cada vez más inmanejable como la existente en Colombia.
Sobre el ejemplar el embajador cubano en Caracas aclaró que, además de los detalles de la operación humanitaria, Transparencia de Emmanuel relata anécdotas y expone opiniones de todos los participantes como los presidentes Hugo Chávez y Álvaro Uribe, la senadora Piedad Cárdenas y el cineasta norteamericano Oliver Stone.

Soy una madre cubana feliz